Fotografiar la historia

por Elsa Aurora Nieto corresponsal desde Buenos Aires


                                                                                     “Me encanta tomar fotos a la fauna, al paisaje. 
Hay algo que es impagable para mí y encima yo soy un enamorado de la Patagonia. 
Ver ahí a los pingüinos, que pasan por tu lado, era un momento feliz.” 

Rubén Digilio

Caminando por los pasillos de lo que fue la 46ma. Feria Internacional del Libro de Buenos Aires encontré un stand cautivante. Fotos de paisajes que hospedan una dolorosa historia decían presente y me hicieron detener.

Allí, el reconocido fotógrafo Rubén Digilio exponía parte de su muestra “En mis ojos Malvinas” sumándose a tantos homenajes tras cuarenta años de una absurda guerra.

Y antes de hablar en lo que fue su visita hace algunos años a las Islas Malvinas, inicié por conocerlo en un aspecto profesional hermanado con el periodismo: el fotoperiodismo.



EAN: De profesión no solamente fotógrafo
RD: Así es. También soy técnico mecánico y dibujante proyectista, que fueron mis inicios profesionales.Después de trabajar diez años como dibujante tuve un comercio de fotografía durante siete años.  Siempre fui apasionado por la fotografía y quería hacer algo relacionado con ese tema. Entonces en el año 1988 instalé un comercio que vendía fotos, álbumes y rollos fotográficos.


EAN: ¿Cuándo diste el salto para retratar la vida?
RD: Me gustaba la fotografía artística pero yo quería algo que tuviera más compromiso con la realidad.
La mamá de mi hija me dijo que había un curso de fotoperiodismo en TEA (Taller Escuela Agencia). Lo hice y tuve en mi formación a grandes fotógrafos de los medios como profesores.
EAN: Empezaste a encontrarte ahí.
RD: Sí, ahí dije «esto es lo mío». Encontré la muestra, encontré la veta, encontré el camino. Hice dos muestras: una con chicos ciegos y otra con chicos Down. Tuve un segundo premio en el Salón de Fotografía.Yo me quería dedicar a eso que era lo que me apasionaba (y lo que me sigue apasionando).
EAN: Entonces dejaste el negocio.
RD: Un fotógrafo que estaba en el curso me dijo «dejas el negocio y vienes a trabajar conmigo». Él se va al periódico La Nación y me lleva allí.Después a mí me llaman de la revista Viva del diario Clarín dónde estuve 21 años.

Caídos en Malvinas

EAN: Finalmente vivías de lo que te gustaba.
RD: Yo vivía de lo que me gustaba y si vuelvo a nacer elegiría lo mismo. Con este trabajo no te llenas de dinero, igual es lo que menos me importa. En esto, lo que me apasionaba era ver mi foto en el papel, esperar la revista el domingo o esperar a la edición del diario y ver mis fotos publicadas.
EAN: Era saber que tus fotos las veían miles de personas.
RD: Clarín vendía en esa época un millón de ejemplares por domingo. Se calcula que te leían cuatro personas por cada hogar. Era fantástico, pero ahora cambió todo.

Fauna malvinense

EAN: La diversidad en la era digital lo cambió todo.
Así empezaste. ¿Cómo continuó?
RD: Me especialicé en revista de fotografía editorial; y después los últimos 7 años del diario hacía de todo, porque se empezó a sentir el tema de lo económico. Hubo recorte de personal y entre todos hacíamos moda, platos de cocina, manifestaciones, un reportaje al Presidente; ir a marchas, viajes, contar historias en fotoreportajes. Siempre con la visión particular de querer mostrar algo diferente.

EAN: Estuviste y continúas en fotoperiodismo ¿Cuál es el riesgo de decir la verdad?
RD: Los riesgos que corre el fotógrafo es que te censuren una foto tomada con opinión, ya sea en un estudio, en una pose fotográfica o participando de una marcha.Que no publiquen tu opinión de lo que estás viendo, que censuren tu relato.El riesgo (y sucede) es que tomes una foto y después la publiquen con un texto totalmente sacado fuera de contexto, de la situación en que fue tomada esa instantánea. Ese es el riesgo que corre el fotógrafo en fotoperiodismo.O simplemente no captan los editores la belleza e importancia de un relato en una foto.Te doy un ejemplo: presencié un parto tomando una foto con toda la emoción del momento (en la época de la fotografía analógica) para tapa de un medio. Había sido un embarazo por inseminación artificial y estaba toda la emoción del nacimiento. Previamente los padres nos autorizaron para tomar la foto y publicarla. ¿Qué fue lo que nos dijo la editora? Nooo, esto no puede ir de tapa, hay mucha sangre.
EAN: Ay.

Paisaje de Malvinas


EAN: En Argentina estamos conmemorando en este año el 40mo. Aniversario de la Guerra en Malvinas. Y tienes una muestra titulada «En mis ojos Malvinas».
¿Cuántos años tenías en 1982?
RD: 25 años.EAN: ¿Cómo fue tu visión de todos esos meses de guerra y cuál hoy cuarenta años después?
RD: Yo estaba trabajando como dibujante.  El día anterior hubo una represalia con la gente de la CGT (Confederación General de Trabajadores) y sale Galtieri al balcón de la Casa Rosada anunciando el momento.
Yo no podía creer el entusiasmo de la gente. Con casi 26 años decía: «esto no puede ser».
Me pegó fuerte ver a los chicos de 18 años ir a la guerra.
Treinta y seis años después, me encontré sentado frente a las tumbas de los ex-combatientes en el Cementerio de Malvinas.
Bajé del avión, me cambian el itinerario y dije “no, tengo que ir ahora al cementerio”. Estuve allí durante -y es literal- una hora sin hacer fotos. No podía.
Me quedé simplemente estático frente a las tumbas y fue un contemplar y recordar.
EAN: Como si el tiempo se detuviera…
RD: Sí. Y que luego retrocedía para recordar todo: llegué al borde de la emoción con dolor de pecho por bronca, odio y amor.Pensaba en las madres de esos pibes del Norte Argentino acostumbrados a 40°C a pelear en un lugar de 15°C bajo cero.
EAN: Sí, yo también lo recuerdo. Porque no estamos refiriendo a los militares de carrera, sino a los conscriptos que apenas estaban preparados, incluso hasta la indumentaria que tenían no era la adecuada para ese clima.
RD: Me vino todo al corazón y a la cabeza. No podía sacar fotos.
Le digo a la periodista que estaba junto con el responsable de la Embajada que me disculpara para continuar con el itinerario; pero me tenía que reponer. 
Mira que soy frío para tomar fotos en situaciones difíciles, pero esa fue la única vez en mi vida que o pude hacerlo por una interminable hora.

Restos de la guerra

EAN: Hay una foto, la de las zapatillas…
RD: Mira, hay vestigios de la guerra, está el helicóptero, el cañón, demás artefactos de guerra, y las zapatillas.
EAN: Son vivencias muy fuertes. Aunque «En mis ojos Malvinas» también está el paisaje que cautiva y emociona.
RD: Sí, y es de una gran belleza. Muchos al ver la exposición me agradecieron por mostrar la fauna del lugar.
EAN: Son hermosas esas fotos. Sumando todo, la muestra está muy cercana a lo que es el fotoperiodismo.
RD: No todas son grandes fotos (en lo que yo considero como grandes fotos) pero sí son con mucha carga emotiva.
Nos permitían tomar fotos a la distancia. Los malvinenses nos hacen sentir que no somos bienvenidos; de hecho te lo dicen directamente.Tomé muchas fotos hermosas y hay algunas testimoniales: fui el primero en sacar una fotografía de los africanos detectando las minas. O, la de argentinos del crucero que se pusieron a jugar al fútbol ahí.
La deuda fue con la vida cotidiana, se hizo imposible reflejarla en siete días. Parece mucho pero como no terminas de encajar con la gente del lugar, no se pudo registrar, al menos en ese lapso de tiempo. Y es una pena porque a mí me gusta vincularme con la persona a quien estoy fotografiando y opinar con la foto. 

EAN: En mis ojos Malvinas ¿será una muestra itinerante?
RD: Tengo propuesta de realizar muestras en Mendoza, Córdoba, Salta… ojalá se puedan concretar todas o algunas de ellas.Si así lo requieren, será itinerante.
EAN: Estamos en el año 2022, en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires con un stand para algunas de las fotos de la muestra, pero también para la presentación de libro con todas ellas.
RD: Hablando con otra persona le dije «vamos a publicar éstas fotos en un libro, después vemos si se vende o no».Se cumplieron los 40 años de la guerra que fue un manotazo de ahogado de una dictadura, y también es una historia importante en mi trabajo.El libro es un homenaje, un recuerdo que cuenta parte de nuestra historia que no debería haber pasado.

Nuestros recuerdos de aquel 1982 iban y volvían emocionándonos. 

A quienes nos golpeó –en todas sus formas- aquella guerra vale el abrazo sempiterno.


                                                                                                        «Quiero sacarme una foto con vos

                                                                 porque la fotografía del cañón que tomaste era mi cañón,

y yo logré salir.» 

(ex-combatiente en Malvinas a R. Digilio)

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