Vibrando en el arte


por Elsa Aurora Nieto, corresponsal desde Buenos Aires


                                                                                 «Siempre elijo creer que las cosas son posibles.»



En su sola presencia se nota la elegancia y el buen gusto del diseñador. Y en su hablar, la fascinación por el arte.
Nos encontramos en el hotel boutique donde se hospedó en su visita por Buenos Aires antes que partiera a su natal Rosario (Prov. de Santa Fe) para regresar, finalmente, a su lugar de residencia desde hace muchos años: Barcelona.

EAN: Coco, ¿cómo es tu relación con la creatividad?
CG: Soy una persona que me considero totalmente creativa, siempre estuve vinculado al mundo de la creación, el mundo de la moda. La creatividad es lo que ha estado en todo mi entorno: ya sea escribiendo, trabajando en la moda o cuando se dio el deseo de trasladar mis emociones en un lienzo y empezar a pintar.
Suelo decir que no soy un artista sino que soy un creativo que traslada las cosas interiores que tengo a través de los diferentes medios.


EAN: ¿Cuéntame ese tiempo de hacer moda?
CG: Maravilloso. Con muchas ganas de hacer moda ya con muy poquitos años en Rosario. Allí había empezado a fabricar cosas y tener una boutique.
Luego, cuando me traslado a Europa había que vivir, encontrar el espacio: trabajé de camarero, de modelo, hasta que me fui ubicando en la parte textil y ahí crecí muchísimo.
Viviendo en Barcelona monté una gran empresa de moda con la madre de mis hijos y crecimos a un gran nivel.
¿Qué pasó después? Pasó y pasa que la vida es un electrocardiograma: estás arriba y en otro momento abajo.
Hasta que en un momento determinado, un gran amigo de siempre con una multinacional del mundo de la moda, me propuso fusionar dirigiendo un poco la parte de producción pero siempre con un costado de creatividad.
Entonces, cuando no estoy India, estoy en China, o en Turquía, o Perú, o Portugal, y así… con una actividad de viajero, siempre muy acorde a mi espíritu inquieto, a la búsqueda constante que es lo que trazo hoy con mi actualidad pictórica.


EAN: ¿Qué te deja ver las diferentes culturas con su arte, sus sabores, su arquitectura…?
CG: No puedo dejar de hablar del enriquecimiento que tiene viajar a otros países y ver sus diferentes artes. El sólo contacto con otro tipo de cultura, con otras formas de vida te va enriqueciendo.
Yo mezclé mucho, nunca me trasladé a un sitio solamente para trabajar. En todos los lugares en que estuve trabajando, he vivido también como turista.
Enseñé y aprendí, en una relación de ida y vuelta. Y todo eso es un alimento que te fortalece.

EAN: Mucho antes de llegar ahí, ¿Cómo fue tu infancia?
CG: Yo diría que como todas las de clase media. Mis padres pudieron enviarme a estudiar, practicar deportes (básquet y fútbol).
Y Rosario siempre fue una hermosa ciudad: muy cultural y creativa. A mis diecisiete años descubrí una ciudad que tenía Café Concert, salas de espectáculos, presentaciones musicales, de libros mucho más que en Buenos Aires.
EAN: ¿A qué edad te fuiste de Rosario?
CG: Tuve un breve estar en Buenos Aires simplemente porque jugaba al fútbol en las inferiores de River Plate. Pero mi estadía aquí fue deportiva, no cultural aunque ya escribía cuentos y poemas.
Muy temprano, con veinticinco años marché para Europa.

EAN: Mencionaste tu faceta de escritor y sé que tienes una publicación. Háblame del libro.
CG: En junio del año pasado presenté un libro de aforismos, un poco por inquietud de amigos que me sugerían publicar.
Uno de mis hijos que está en el mundo del marketing me dijo: «Papá, ¿no convendría anexarlo con la pintura que es el mundo en el que estás?», entonces así se editó ‘Coco sin permiso’.
El libro da la imagen del diseño mezclado con arte. Es una mezcla de aforismos con mis pinturas, y es un poco de mi rebeldía. Me considero creativo y rebelde, siempre en la búsqueda de nuevas expresiones.



EAN: El arte tiene su punto de rebeldía.
CG: Totalmente. Fíjate los nombres de mis exposiciones: hay una que se llama «No rules» (Sin reglas)… el libro “Coco sin permiso”… otra exposición en el año 2018 en el Consulado Argentino de Barcelona, donde le di una connotación un poco tanguera -me encanta el tango- y la titulé “Mano a mano” ya que era una simbiosis entre el mano a mano tanguero y el mano a mano pintando.
Siempre buscando esa pequeña cosa de lo diferente.

EAN: Se te ve una persona con mucha energía, vital.
CG: Lo soy, así me siento. Trasladando esto a la pintura, a lo mejor diez años atrás jugaba con una explosión de colores, también relacionado con lo que me daba esa multinacional de la moda que era muy colorida.
Independientemente que mi pintura es matérica, hice un camino y ahora estoy más relajado, más minimalista, limpio. Creo que hubo una evolución sin desmerecer esa parte que se definía como una explosión de colores.

EAN: Este cambio ¿fue un click o un decantar?
CG: Supongo que no tiene que ser un click muy marcado, pero sí hubo click.
Yo soy una persona analítica y hubo épocas en que trasladaba al lienzo cosas en búsqueda de algo.
Desde hace unos años, mi proceso es diferente. Sé mentalmente qué es lo que quiero trasladar (después, en el camino, puede haber alguna pequeña modificación). No espero lo trasladado sino que estoy trasladando lo que dentro mío está.
Hoy, quiero trasladar esa emoción, esa sensibilidad que tengo dentro y si me preguntaras ¿qué me quieres dar? te quiero dar emoción, quiero que te guste, quiero que me guste, que te agrade, que me agrade. Quiero que vibres.
Mi línea es dentro del mundo del tachismo que no deja de ser un expresionismo abstracto. Trabajo expresando emociones e intentando trasladar sin ningún «aquí veo esto», «aquí veo una cara», no, no intento darte ninguna traslación de lo figurativo. Lo que tú veas, es lo que tú sientes. Entonces el abstracto para mí es eso.
No tengo descifrado cuál es el click. Yo mismo como persona de trayecto largo, no puedo estar continuamente con lo mismo y voy haciendo un cambio.

EAN: ¿Qué ves en los artistas contemporáneos?
CG: Veo cosas maravillosas, veo cosas que me gustan; pero también veo cosas que las terminan sin intentar una búsqueda más.
Hay una frase tremenda: es tan bueno saber cuándo llegar como saber cuándo tienes que irte.
Comentaba ésto en otra nota, unas veces hago un cuadro y quizás me voy y vuelvo, lo acaricio, lo espero. Suele ocurrir que las cosas tienen que llevar a un tiempo de maduración; y lo noto en la época actual en que vivo.
A veces pienso hacer algo pero me voy, y cuando vuelvo me di cuenta que no, que en realidad era otra cosa lo que debía hacer.


EAN: ¿Cuál fue el paso tras la etapa de colores?
CG: Durante el invierno europeo presenté una exposición titulada «Etiqueta negra» en la galería Jorge Alcolea – Nonell (Barcelona) de muchísimo prestigio: todos los cuadros que se presentaron jugaban con el negro. Quería destruir el mito de que lo negro es oscuro, que es algo que escapa a la apertura hacia la vida.
El negro en todas mis pinturas generó vida y profundidad, es más o menos lo que pretendo: que quien esté viendo mi cuadro deje paso a su imaginación.


EAN: O a su placer. Decir ¡wow, me encanta este cuadro, me hace bien verlo sin analizarlo!
CG: ¡Exacto!


EAN: ¿Algo de esto estuvo por aquí?
CG: Agradeciendo a Nica Concilio esta entrada en Buenos Aires, hice mi presentación en una muestra colectiva con una continuación de mis blancos y negros y unos matices, siempre matérico.
Fueron cuadros rápidos porque tuve muy pocos días para pintarlos, de los cuales salí satisfecho. Considero que transmiten mi personalidad y mi trabajo lineal dentro de esta obra.

EAN: Actualmente, ¿estás en búsqueda, probando?
CG: Sí, estoy experimentando en cosas nuevas, siempre dentro de mi estilo, algo de ese proceso se puede ver en Instagram.
Intento cada vez que hay tiempo buscar nuevas expresiones para no centrarme más. Trabajé con el blanco, el negro y el rojo; ahora estoy suavizando algunas cosas, trabajando un poquito más claro, no tan agresivo. Quiero también ver qué me genera eso.


EAN: ¿Es fácil o difícil la ecuación de llegar a exponer y luego vender?
CG: Los vascos dicen «jugar al póker y perder es la hostia. Y ganar la rehostia».
Pintar es maravilloso, si después vendes es súper. Creo que cuando uno se lanza a pintar, tiene que dejar de lado la segunda parte.
Y la primera parte, poder mostrar tu obra también es algo que cuesta.
Te diré que yo soy un excelente comerciante menos en mi pintura. Si alguien tiene interés en lo que yo tengo, tiene que generarlo él o ella. Siempre que hay una exposición mía hay alguien que está para hablar sobre la venta si hay interés, yo solamente pinto y lo presento.
Soy una persona muy sociable, muy relacionada y muy abierta; todo eso juega a favor. En mí se genera una simbiosis: un poco de suerte y un poco el trabajo que hago.

Conozco gente que hace trabajos maravillosos y no tienen llegada.


EAN: Yo creo que a veces tiene que ver con el talento y estar también en el momento oportuno.
CG: Sí, sí, estar en el momento oportuno también.
Te cuento lo que me pasó hace poco: personas de Blue Gallery NFT me convocaron para hacer el NFT de mis obras. Se ha generado una galería virtual y me llena de orgullo ser parte de esto, que es un mundo que desconocemos todavía. Pero que ya existe y corresponde a los tiempos del metaverso. Y allí estoy.
También en conversaciones con un edificio del 1500.
EAN: ¡Quiero estar presente cuando se dé eso!
¿Y una exposición solamente con tus obras aquí?
CG: ¡Me gustaría! Exponer en Argentina está en mi querer.

Ante mí, un artista cuyas obras ya poseen el exquisito fotógrafo Ugo Camera o diseñadores como Custo Dalmau.
Ante mí, una persona cuya fuerza y ganas son el motor para esa búsqueda constante.
¿Qué viví cuando estuve frente a sus obras en la muestra colectiva «Ellos: cosas de hombres II» en la Comuna 13? Un viaje, una invitación a un explorar. Y se agradece.



                                                                       «Vivo permanentemente con la visión de la creatividad, 
con la visión de descubrir nuevos temas.»