La edad dichosa. La infancia en la pintura de Sorolla
Comisariada por Sonia Martínez Requena y Covadonga Pitarch Angulo
«El mar, el sol, el niño. He aquí los tres elementos primordiales de su concepto pictórico»
Silvio Lago, La Esfera, 1927
Como apuntaba el crítico Silvio Lago, podemos resumir la carrera de Joaquín Sorolla Bastida en tres conceptos fundamentales: la captación del mar y la playa, especialmente de Valencia; el estudio intensísimo de las diferentes luces y atmósferas y el niño. La representación de la infancia acompañó a Sorolla a lo largo de toda su producción artística y fue con los cuadros que tienen a los más pequeños como protagonistas –como ¡Triste herencia!– con los que consiguió sus mayores premios. Sin embargo, la imagen del niño en la pintura del maestro valenciano es un tema muy poco estudiado, motivo por el que con esta exposición se ha querido profundizar en él.
Con la irrupción del naturalismo en las artes, a finales del siglo XIX, se popularizaron los temas de la vida cotidiana: el trabajo, la vida familiar y el ocio se convirtieron en asuntos válidos para la pintura; destacando entre todos ellos la infancia. Sorolla, como sus contemporáneos, pero con una calidad difícil de alcanzar, pintó numerosas obras en las que los más pequeños se erigieron en motivo principal. Son sus célebres maternidades, las bellísimas escenas de familia, los numerosos retratos, los cuadros donde los niños representan la «alegría del agua» y son, también, cuadros en los que el maestro se acerca a tipos de infancias alternativas, menos afortunadas, más duras, pero siempre retratadas con gran cariño y dignidad.