Feminismo neoliberal: cambiar para que nada cambie
Publicado en EL CULTURAL – España
La investigadora Catherine Rottenberg analiza las características de esta corriente, a su juicio sometida a los valores del mercado, en ‘El auge del feminismo neoliberal’, un ensayo publicado por la Universitat Jaume I
El año 1989 marca un punto de inflexión. Cae el muro de Berlín y desaparece la Unión Soviética dos años después. Para algunos historiadores como Eric Hobsbawn, con estos acontecimientos finaliza el siglo XX. Un siglo en el que distintos enfoques del feminismo empujan con fuerza para que un número creciente de mujeres tomen la palabra y el control de sus identidades, rompan estereotipos y abran el acceso masivo a la educación y al trabajo remunerado. La influencia del feminismo en este proceso fue determinante a la hora de promover los derechos de las mujeres, ocupar cargos públicos, trabajar, y proteger a las mujeres de abusos, violaciones y violencia.
Título: El auge de feminismo neoliberal
Autor: Catherine Rottenberg
Traducción, prólogo y anotaciones: Fabricio Forastelli
Editorial: Publicacions de la Universitat Jaume I
Año de publicación: 2020
Disponible en Publicacions de la Universitat Jaume I
A partir de 1989, al calor del proceso de globalización, el neoliberalismo tiende a una hegemonía que se desparrama sin límites. Desde la economía o la política hasta la misma vida cotidiana. Desde la izquierda, este proceso levanta todo tipo de alarmas como atestigua Diego Fusaro en Historia y conciencia del precariado (Alianza editorial, 2012). En la actualidad, Judith Butler está construyendo un marco conceptual en el que mujeres y precariedad conforman una potente herramienta analítica.Publicidad
Por otro lado, el feminismo viene denunciando desde finales del siglo pasado el malestar, la angustia y la disonancia derivada de los procesos de desresponsabilización estructural e individual típicos de la mundialización. En este sentido, la brillante Eva Illouz, feminista y marxista, derrumba con su abundante bibliografía y comparecencias públicas el paradigma creado por la industria de la felicidad. La alianza neoliberal entre psicólogos, economistas y gurús del autodesarrollo conduce, en su opinión, a un constructo de poder que, al final es, ante todo, una forma de control político y opresión. Otro ejemplo de lúcida crítica contra la manipulación neoliberal viene de la socióloga norteamericana Arlie R. Hochschild. Desde una izquierda académica y cultural muestra la manipulación emocional del capitalismo neoliberal. (Merece la pena adentrarse en La doble Jornada. Familias trabajadoras y la revolución en el hogar, este mismo año editado por Capitán Swing).
Este brillante volumen de Catherine Rottenberg viene a enriquecer el análisis del neoliberalismo desde una crítica, bien construida, del giro neoliberal hacia un feminismo adaptado al orden establecido en el neocapitalismo. Una adaptación, un cambio que la famosa frase de Giuseppe Tomasi de Lampedusa (1896-1957), “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”, viene a reflejar con claridad la situación.
El auge del feminismo neoliberal se abre con un denso y articulado prólogo de Fabricio Forastelli. Sus páginas sitúan al lector tanto en el contexto intelectual del feminismo liberal como en el investigador de la autora. La estrategia argumental de Catherine Rottenberg comienza de un modo clásico: una presentación histórica de la aparición y consolidación del feminismo neoliberal en la que no se olvida “el modo en que el feminismo ha sido percibido, narrado y presentado en el imaginario popular”. A continuación, muestra cómo el “sujeto feminista”, sometido a la cultura de los valores del mercado, introyecta responsabilidades que en realidad son derivadas de las contradicciones estructurales del neoliberalismo.
Páginas adelante la autora hace una incursión en “la vida afectiva del neoliberalismo” y se adentra en el contenido de los blogs de madres norteamericanas (mommy blogs) que se describen a sí mismas como feministas, profesionales bien remuneradas y con hijos. Blogs que reflejan el convencionalismo de una “feminidad” de éxito en el que la mujer consigue un equilibrio feliz. Por último, Catherine Rottenberg se adentra en el manual de Ivanka Trump —hija de Donald Trump—, Women Who Work, publicado en 2017 y superventas en The New York Times como ejemplo “feminista” del éxito femenino en el marco neoliberal. Libro en el que el “sujeto femenino” debe trabajar no solo para sí mismo sino para ser un valor del mercado y convertirse en una inversión financiera en la que el yo se convierte en negocio.
Estas páginas muestran con claridad que el feminismo neoliberal siempre ha sido la principal corriente feminista. No obstante, pone de manifiesto que existen otras perspectivas feministas menos conservadoras y más combativas. Es evidente que en el siglo XXI el empoderamiento de las mujeres está creciendo de modo exponencial. Mauro Guillén, catedrático de sociología en la Universidad de Pensilvania, escribe en 2030 (Deusto, 2020): “Porcentaje de la riqueza mundial en manos de mujeres en 2000: 15.” El mismo porcentaje será, en su opinión, en 2030 del 55 por ciento. Por otro lado, afirma que “en 2030, cerca de la mitad de las nuevas empresas que se crearán en el mundo estarán en manos de mujeres”.