POR SFQU
Publicado en Literafricas

Sudán y Sudán del Sur, son sin duda dos grandes desconocidos más allá de los lugares comunes con los que nos han bombardeado los medios de comunicación. De manera invariable se une sus nombres a violencia, guerra y atrocidades de todo tipo. Al tiempo que se repite de manera machacona la idea sobre la que se ha construido el conflicto Norte-Sur. Sin embargo, se trata de dos territorios donde la literatura no ha cesado (se transmite de forma escrita a partir del siglo XVII), aunque la mantengamos a la sombra. Ambos países siguen siendo un enigma que, poco a poco, estamos comenzando a desentrañar.

Precisamente la semana pasada fallecía uno de los más destacados novelistas sudaneses. Ibrahim Ishaq es dueño de una variada y larga trayectoria que le ha hecho merecedor de múltiples premios y con la que se ha ganado el elogio de otros compañeros escritores. En cambio, ha sido muy discutido por una crítica guardiana de unas letras árabes puras frente al uso de un lenguaje “difícil” con unos personajes que hablan en el idioma local del este de Darfur. Así, destacan en él varias condiciones por las que ha podido permanecer, pese a la calidad de su obra, sin ocupar un lugar en las letras universales del que muchos le creen merecedor.

El crítico Hashim Mirghani las expone en un artículo exhaustivo. Por un lado, sus obras han sido publicadas y leídas a nivel local, sin llegar siquiera a otros países del mundo árabe, mucho menos alcanzar el ámbito internacional. Por otro, se trata de una obra innovadora, vanguardista (se puede leer uno de sus relatos aquí) alejada de la visión de una crítica árabe limitada y estrecha. Por último, resalta la rebelión en su escritura con el árabe clásico que ha marcado su trayectoria, y marcado las distancias, y que ya apuntábamos al principio.

Algunos de estos aspectos se siguen considerando como principales obstáculos para que muchas obras sudanesas logren traspasar las barreras de lo local.

Expresión artística en Sudán. Fuente: Captura youtube

Ishaq publicó su primera novela en 1969, año en el que también vio la luz la única obra sudanesa que está incluida entre los “100 mejores libros de literatura africana del siglo XX”. Hablamos de Época de migración al norte de Al- Tayeb Salih, quien elogió la obra de Ishaq. Si bien Salih es el nombre que se pronuncia en primer lugar cuando se habla de esta literatura, desde entonces las voces que han querido contar lo que les bullía dentro no han dejado de aparecer en ambos países.

Bushra Elfadil quien ganó el  Caine Prize 2017,  Tarek EltayebHammour Ziada o Rania Mamoun, son algunos de estos nombres. Junto a ellos,  Amir Taj al-Sir, médico de formación y con una prolífica trayectoria literaria, escribía en árabe en 2017 una novela alrededor del ébola, bajo el título Ébola 76 que se puede leer en castellano.

En 2013, una antología de literatura de Sudán del Sur, There is a Country (ed. Nyuol Lueth Tong), comenzaba a mostrar el trabajo de los escritores del nuevo país. El propio editor, entendiendo por qué la gente puede recurrir a la literatura, en lugar de a los medios de comunicación, para obtener un conocimiento más profundo sobre Sudán del Sur, optó por reunir a varios escritores en un solo volumen, una fórmula muy habitual en los inicios de cualquier corpus literario.

Pero, sin duda, los más conocidos son aquellos que conforman un arco más diaspórico, que escriben directamente en inglés y que han gozado del escaparate internacional. Entre ellos destacan Taban Lo LiyongLeila Aboulela (Minarete y La traductora), Safia ElhilloEmtithal Mahmoud o Jamal Mahjoub (Viajando con djinns). Este último subrayaba en un artículo para “The Guardian” las dificultades que han tenido los escritores los últimos 30 años y, a pesar de ello, su capacidad para seguir trabajando, tanto dentro como fuera del país, arrojando una lista con 10 títulos, para él imprescindibles, dentro de la literatura sudanesa que se puede leer en inglés.

Los más jóvenes siguen haciendo camino frente a las dificultades que encuentran en sus respectivos países y gracias a la traducción de Elisabeth Jaquette, en este caso, es posible leer relatos en inglés (de momento nada en castellano) en la página del magazine on line The Common de algunos de estos nuevos valores. Al tiempo que podemos escuchar el reto que presenta el realizar las traducciones de estos relatos.