
Por Alejandro Buenaventura
Nos llegó el virus señores
y nos cogió desarmados,
con los dos brazos cruzados
confiando en gobernadores,
y a merced de sus horrores
viviremos confinados,
perdiendo lo bien ganado
pan, trabajo y la salud
con un pie en el ataúd
ignorantes y engañados.
De quién fue la culpa, diremos,
mirando arriba hacia el cielo,
queriendo correr el velo
qué en los dos ojos tenemos,
pero ni mirar ni ver podemos
lo que no hemos cuestionado
lo que siempre está vedado
y es derecho del de arriba,
del que se ha inventado el IVA
y jamás nos ha ayudado.
Ha dicho el gran soberano,
el que mejor siempre opina,
que el virus viene de China
y el que lo dude es profano.
Cómo va cualquier fulano
a meter la cucharada
en cosas que son sagradas
y no pueden refutarse…
¿Quién se atreve a suicidarse?
negando la voz del amo.
Esto no tiene remedio
no queda más que aceptarlo,
empezaremos a amarlo
aunque muramos del tedio.
Porque acabó el adulterio,
volvió a juntar la familia,
todos leyendo la biblia
comiendo aquí en la casita
y el que no cumpla la cita
derecho pal cementerio.
En otros ti
empos señoras
nos poníamos a rezar
mi Dios nos ha de salvar
y oras horas, oras y horas.
Pero la ayuda demora
y el virus sigue creciendo
toditos se van muriendo,
Dios no puede hacer nada,
la oración está parada
y la iglesia envejeciendo.
Se aprecia mucho al galeno
porque es ser imprescindible,
el contagio es cosa horrible
y ellos le ponen el freno
Tenerlo cerca es muy bueno.
Pero si llega aquí, al lado,
un médico a convivir
ahí mismo lo condenamos
y como sea lo sacamos
porque anhelamos vivir.
Tienen que entrar uno en uno
si quieren ir al mercado.
Andar, con el hocico tapado
y no abrazar a ninguno.
Aunque sea tu hermano Bruno
salúdalo con el codo.
Trastornó este virus todo,
vivimos en cuarentena
y si no paramos la antena
nos entierran en el lodo.
Ya se ha el convid instalado
y hay que sacarle partido,
cuando el jabalí está herido
no importa quién lo ha matado.
El negocio es lo sagrado
hay que empezarlo a engranar
los vivos siempre a ganar
todito se ha encarecido
y siempre será bendecido
el que roba en lo robado.
Mucho hay donde echar mano
ayudas, tapabocas o contratos,
es cosa, de encarecer lo barato,
volver divino lo humano,
no ser guarda de tu hermano,
sacar siempre tu provecho
agarrar hasta el desecho
el robo tiene una esencia
demostrar siempre inocencia
sin que te duela en el pecho.
La pandemia es cosa buena
pal que sabe aprovecharla
pal que sin embarrarla
la convierte en su alacena.
Pal que nunca siente pena
porque sufra su pariente
pal que solo tiene en mente
el tamaño del bolsillo
porque siempre será un pillo
aunque bendiga la cena.
Si el virus es pasajero
eterna ha ser la experiencia,
lo ha demostrado la ciencia
cautiva en el extranjero.
No puedo hacer lo que quiero
porque no poseo remedio
el dólar siempre al asedio
impone las condiciones
solo es cuestión de cojones
hay que quitarlo del medio.
Le pido a la humanidad
que se levante y entienda
y de este momento aprenda
a distinguir la verdad.
Que vuelva a la dignidad
y no confunda este mal
el convid es temporal
pero era eterno el veneno
habrá que ponerle freno
al poder del capital.